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Las llamadas a la contención no llegaron ayer a los oídos de Benjamín Netanyahu e Israel dio un paso más en su guerra contra Irán ... al comenzar a golpear en el sector energético. Los aviones hebreos bombardearon por segundo día diferentes lugares en la república islámica y volaron durante más de dos horas sobre Teherán, lo que demostró que tienen «libertad de acción», según el ejército, porque han acabado con la defensa antiaérea de la capital. El ministro de Defensa, Israel Katz, pronosticó incluso que «Teherán arderá» si el régimen islámico no cesa sus réplicas armadas.
Sin embargo, los iraníes anunciaron su intención de seguir con el lanzamiento de misiles contra Tel Aviv y el ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, declinó la posibilidad de retomar la negociación nuclear mientras los israelíes sigan con su ataque «bárbaro». Las autoridades de Omán confirmaron que el encuentro previsto hoy, domingo, entre las delegaciones iraní y estadounidense quedó anoche cancelado. Teherán puso además sobre la mesa la opción de cerrar el estrecho de Ormuz como respuesta a la agresión lanzada por el Estado judío.
Las armas hablan con intensidad y silencian la posibilidad de una salida dialogada al contencioso nuclear. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, justificó el inicio de esta guerra en la amenaza atómica de Irán y un alto cargo de su Gobierno reveló a 'The Economist' que en las primeras doce horas de ataques aéreos destruyeron «el 20% del programa nuclear», y que Netanyahu planea al menos dos semanas completas de ataques. El mandatario se dirigió a la nación en un vídeo-mensaje para decir que «atacaremos cada sitio y cada objetivo del régimen de los ayatolás. Lo que han sentido hasta ahora no es nada comparado con lo que les espera en los próximos días». Los iraníes tienen cada vez más claro que esto no es un mero ataque contra el régimen, sino una operación para debilitar al máximo a Irán.
El presidente estadounidense aseguró que el enviado de la Casa Blanca, Steve Witkoff, está listo para reanudar las conversaciones nucleares y seguirá a la espera de un cambio de postura. Sin embargo, su homólogo iraní, Masoud Pezeshkian, subrayó que «no aceptará demandas irracionales bajo presión». En una conversación telefónica con el líder francés Emmanuel Macron, Pezeshkian se mostró «a favor» de la diplomacia, pero enfatizó que «no volveremos a la mesa de negociación mientras el régimen sionista continúa con sus ataques».
Macron y la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, multiplicaron ayer los contactos con el régimen de los ayatolá para intentar convencerle de que mantuviera abierto el diálogo con Washington. Trump quiere que el régimen negocie bajo la presión de las bombas para que acepte detener del todo el enriquecimiento de uranio, pero los iraníes no han aceptado. La república islámica contactó con Rusia y China, países aliados, y acusó a Israel de llevar a Oriente Medio a un «peligroso ciclo de violencia».
Mientras Trump habla de negociación, Israel ha causado graves daños en la planta de enriquecimiento de Natanz y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) recogió además daños en cuatro edificios del complejo nuclear de Isfahán, entre ellos el centro de conversión de uranio. La AIEA aseguró que, pese a los ataques, «no se detecta un aumento de la radiación» en la zona, aunque los controles persistirán.
Cuando la central ucraniana de Zaporiyia se vio en mitad de los combates con Rusia, la comunidad internacional puso el grito en el cielo por el riesgo de explosión nuclear. En el caso de las plantas iraníes no ha habido ningún tipo de comentario sobre los riesgos, aunque la agencia de la ONU informa de los niveles de radiación cada jornada.
El diálogo es historia en un conflicto que Tel Aviv extendió ayer al sector energético con una serie de bombardeos contra la planta de gas de South Pars, al sur del país, y al menos otras dos refinerías, informó el Ministerio de Petróleo. «La fase 14 del campo de gas South Pars fue blanco de un ataque y amplias partes se han incendiado», recogió la agencia Fars, que detalló que se trató de una operación realizada con drones. El presupuesto iraní depende plenamente del gas y petróleo por lo que esta expansión de los ataques representa un golpe directo a las finanzas de la república islámica.
Esta circunstancia podría hacer que los iraníes amplíen los objetivos en suelo israelí, donde golpearon de noche en Tel Aviv y otras ciudades próximas. Sus misiles mataron a cuatro personas, dejaron heridas a doscientas y causaron importantes destrozos en viviendas civiles. Esta respuesta iraní provocó el enfado del ministro de Defensa, Israel Katz, quien amenazó con «quemar Teherán» si se repite una acción de esta magnitud. Anteriormente, las Fuerzas de Defensa se ufanaron de haber «allanado» el camino de sus cazas hacia la capital iraní tras destruir sus defensas. De momento, los aviones hebreos ya han matado al menos a 80 personas y herido a 300 en los 150 ataques realizados en las primeras 48 horas.
Los iraníes claman venganza y su presidente, Masoud Pezeshkian, aseguró que «vamos a endurecer las respuestas», pero las fuerzas hebreas, con el apoyo de Estados Unidos, son muy superiores desde el punto de vista tecnológico. A esto hay que sumar la enorme capacidad de infiltración que ha demostrado el Mossad en la cúpula militar del régimen, que ha quedado descabezada. No obstante, la televisión estatal informó anoche de que el ejército prepara ataques «duros y destructivos» para las próximas horas.
Frente a la superioridad hebrea y estadounidense, Sardar Esmail Kowsari, alto cargo de la Guardia Revolucionaria, dijo ayer que el cierre del Estrecho de Ormuz «está bajo consideración y que Irán tomará la mejor decisión con determinación». Esta opción hace temblar a los mercados porque es el paso por el que circula en buques un tercio del petróleo que se consume en el mundo. Aunque el pulso entre Irán e Israel es regional, un cierre de Ormuz tendría un impacto global porque el precio del petróleo se incrementará de modo inmediato aun más de lo que ya lo ha hecho.
Jordania y Líbano abrieron el sábado su espacio aéreo, pero en cualquier momento cabe la posibilidad de que se vean forzados a cerrarlo por nuevos intercambios de misiles y drones. Él régimen islámico ha anunciado una guerra larga. «Esta confrontación no terminará con las acciones limitadas de anoche, y los ataques de Irán continuarán, y esta acción será muy dolorosa y lamentable para los agresores», informa una agencia iraní, que ha advertido a Estados Unidos, Francia y el Reino Unido de ampliar las acciones contra sus intereses si persisten en apoyar a Israel.
Una cuestión clave en el desarrollo del conflicto durante las próximas horas es si Teherán está capacitado para cumplir sus amenazas. Según ha trascendido, el plan de contragolpe ante una ofensiva hebrea como la del viernes consistía en disparar simultáneamente mil misiles que colpasaran el escudo defensivo de Israel y sembrasen una amplia destrucción en su territorio. Sin embargo, la operación aérea destruyó gran parte de las plataformas de lanzamiento y, lo más importante, las carreteras y la logística para trasladar rápidamente los cohetes desde los arsenales protegidos hasta las lanzaderas. Es una de las razones por las que la respuesta iraní se ha limitado a unos dos centenares de misiles en cinco oleadas sucesivas.
Aun así, la conmoción en Israel es elevada. Las imágenes de la destrucción de casas y vehículos en Rishon Lezion, una ciudad al sur de Tel Aviv, Ramat Gan y otros lugares del centro del país han hecho efecto sobre una población acostumbrada a vivir bajo amenaza pero que esta madrugada ha ido y venido hasta cinco veces a los refugios en plena alerta antiaérea.
El trasiego de unidades de emergencia ha sido constante. Los hospitales han recibido a decenas de heridos, que han sido operados incluso en salas de urgencias subterráneas. La imagen de la esperanza es la de un bebé de tres meses que ha sido rescatado con vida de entre los escombros de una casa aplastada por la explosión de un misil. «Lo tomé en mis brazos y se lo di al primer oficial de policía que vi. Luego comencé a sacar a todos los demás miembros de la familia», ha señalado a la web Walla un capitán de los bomberos.
A la espera de que Teherán acepte volver a la mesa de negociación, el presidente de EE UU parece navegar una vez más en una crisis internacional que ha abierto un debate profundo en Washington. Un sector republicano es partidario de los ataques a Irán, al que se ve como uno de los históricos enemigos de Occidente y que alguna vez podría amenazar con armas atómicas. Mientras, otro grupo considera un error que EE UU resulte arrastrada hacia este enfrentamiento por cuanto podría introducir al país en un nuevo conflicto internacional. De hecho, varios líderes del movimiento MAGA se han manifestado en contra, ya que el previsible desvío de ayuda a Israel contradice el 'América primero', el lema que ha aportado tantos triunfos a Trump.
Y lo que resulta cada vez más diáfano es que Israel ha tomado por completa sorpresa a su enemigo. Los servicios de seguridad iraníes analizan ahora mismo cómo la Inteligencia hebrea ha logrado infilitrarse dentro de su tejido militar hasta el punto de conseguir montar una base de drones e introducir comandos dentro del propio Irán para facilitar el ataque de sus aviones.
'The New York Times' apuntala además la teoría de que el régimen de Teherán se encontraba confiado y nunca esperó tal ofensiva en vísperas de una nueva reunión con EE UU en Omán sobre el pacto nuclear. Los servicios de espionaje habían advertido al Gobierno islámico de las señales sobre un ataque inminente, en base entre otros fundamentos a las propias declaraciones beligerantes del primer ministo hebreo, Benjamín Netanyahu.
'Bibi' dijo que el viernes se cumplía el día 61, es decir, el siguiente a las 60 jornadas que había de plazo para negociar pacíficamente el pacto nuclear, lo que le daba carta abierta a lanzar sus aviones contra las instalaciones atómicas iraníes. Sin embargo, todas las amenazas fueron desestimadas por Teherán.
El régimen interpretó que no eran nada más allá de formas de presionarlo para aceptar rebajas en su programa atómico. La confianza había llegado a tal punto que los principales jefes del ejército y la Guardia Revolucionaria se fueron a dormir a sus casas, olvidando las tradicionales medidas de cautela, y la cúpula de la fuerza aérea organizó una reunión con todos sus mandos en una misma sala. Los primeros murieron en sus camas y los últimos, bajo los escombros del centro de operaciones.
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