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Eduardo Noguera (Cartagena, 56 años) ha agarrado el toro por los cuernos en el momento de mayor crisis institucional, económica, social y deportiva del FC ... Cartagena en décadas. En medio de las protestas hacia el presidente Paco Belmonte, los retrasos en nóminas denunciadas por la AFE y una descenso ridículo a Primera RFEF, con 31 derrotas, el palco vacío y la afición de uñas, este prejubilado de Sabic se ha metido a presidir la Federación de Peñas del Efesé. La situación está en llamas y la primera intención de este procesionista, amante de los scouts y hombre de baloncesto durante media vida [entrenó al actual presidente del Cebé David Ayala] es intentar apagar el fuego sentándose con la directiva del club esta misma semana.
–¿Cómo empezó su amor por los colores albinegros?
–A través de un tío mío, que cuando tenía 7 u 8 años me llevaba a todos los partidos del equipo en el viejo Almarjal. Posteriormente me saqué el abono juvenil y ya desde entonces, con un pequeño paréntesis por diversos motivos, soy abonado. Desde que tengo uso de razón.
–¿Desde cuándo es peñista?
–Di el paso en 2009, de vuelta a Cartagena después de presenciar el ascenso a Segunda División en Alcoy. Me metí en la peña O Mago de Corea, de Juan Cabrejo, que luego desapareció para pertenecer desde entonces a Norte Albinegro.
–¿Qué recuerdos tiene y qué jugadores le marcaron más?
–Recuerdo con mucho cariño el partido contra el Castilla de la Quinta del Buitre. Fue un 3-3 un Domingo de Ramos en el Almarjal. Si mal no recuerdo, ese Castilla disputó la final de la Copa del Rey contra el Real Madrid. No puedo olvidar el 'cordobazo' y evidentemente tampoco Majadahonda. Aquello nos marcó a todos, fue muy triste. De jugadores, sin duda, hay dos personas que me llenaban por lo que transmitían: Juan Huertas y José Carlos Trasante. Marcaron una época en Cartagena y en el Cartagena. Después hay una camada muy buena con Bartolo, Requena, los Cordero, Rai... De un tiempo más reciente me quedo con Antonio Longás, que era extraordinario; con Víctor Fernández y, sobre todo, con De Blasis por encima de cualquier otro jugador reciente.
–¿Qué opinión tiene de la temporada 2024/25?
–Se resume todo en que ha sido una temporada para olvidar. Dicho esto, lo veíamos venir desde el principio y ya claramente en el mercado de invierno. La gente que sale y la gente que entra, sin menospreciar a nadie. La calidad del equipo, que ya venía de acumular un montón de derrotas, decae todavía más. Ahí ya viene el silencio, no hay ruedas de prensa ni presencia en el palco. Todos los cartageneros sabíamos que esto iba a terminar así con mucho tiempo de antelación, porque dos milagros consecutivos tras el de Calero era complicado.
–El ambiente es tremendo. No hay certezas y la afición está muy molesta.
–Vamos a reunirnos con el club, en principio antes de la asamblea del jueves. Vamos a transmitirle a la directiva cuál es nuestra preocupación, ya no como peñistas, sino como simpatizantes del Efesé. Nos preocupa el estado actual del club y queremos saber cuál es el proyecto de viabilidad a corto plazo. En unos meses jugaremos en Primera RFEF y el objetivo, evidentemente, debe ser intentar volver al fútbol profesional.
–¿Cómo contactaron con el club? Son demasiados meses sin explicaciones.
–El mismo día que salí elegido, Breis me mandó un mensaje de felicitación. Y al día siguiente mandamos un correo electrónico al club solicitándoles una reunión. Y el miércoles pasado nos presentamos en las oficinas, puesto que no habíamos recibido respuesta al correo. Fuimos a llevarlo personalmente, nos presentamos a los empleados y en ese proceso me vio Breis, nos invitó a pasar a su despacho y en una conversación se comprometió a que nos reunamos con Belmonte en las próximas fechas. El viernes pasado nos citaron para tener una reunión esta semana.
–¿Qué van a trasladarles? Es una reunión importante.
–La mayor preocupación es saber cuál es la viabilidad del club, qué tiene pensado hacer desde la junta directiva para la próxima temporada. No es lo mismo tener la ambición de intentar buscar el ascenso, y remarco lo de intentar porque luego pueden pasar mil cosas, que pasar el rato; y ver cuál es la campaña de abonos que se va a sacar. Ellos sabrán y tendrán en cuenta que si al descenso y al descontento de gran parte de la afición le unimos unos precios altos, pues evidentemente estamos abocados a pasarlo mal. Queremos ver cuáles son sus ideas y, como ya dejé claro, tenderles la mano e intentar colaborar con ellos siempre y cuando sea posible.
–¿Qué retos tienen y qué iniciativas quieren desarrollar en estos años de presidencia al frente de los albinegros más fieles?
–Hay cosas a mantener y a recuperar, como el día del peñistas y la gala de la federación donde entregamos los reconocimientos. Tenemos en mente organizar una 'fan zone' para reunirnos todos los aficionados en la previa de los partidos; también sacar un carné del peñista, porque estamos en contacto con varias empresas para poder conseguir descuentos; potenciar las redes sociales y nuestro canal de YouTube. Y el trabajo por y para las peñas.
–Son 26 agrupaciones y alrededor de 2.500 peñistas. ¿El reto es mantener esa cifra?
–Es el objetivo. La realidad no nos dice eso. Me gusta ser realista y la realidad nos dice que vamos a reducir el número porque habrá peñistas que no continúen, desgraciadamente, aunque transmitiremos la importancia de que se vuelvan a abonar. Pero la realidad es que podemos reducir ese número. Espero que no, pero es una realidad que tenemos patente y no hay que obviarla. Es clara y puede ocurrir. Ojalá me tenga que comer mis palabras, pero no creo que vayamos a crecer.
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