Carlos Alcaraz sobrevive a la noche parisina y doblega a un excelente Dzumhur

El tenista de El Palmar evita una sorpresa mayúscula (6-1, 6-3, 4-6 y 6-4) y se cita con Ben Shelton en los octavos de final de Roland Garros

Germán Abril

París

Sábado, 31 de mayo 2025, 00:04

Dzumhur no podía imaginar al arrancar el partido que el primer set se acabaría convirtiendo en una pesadilla. De las dos opciones de rotura para ... el bosnio apenas inaugurado el partido en la Chatrier, al 6-1 encajado. De un primer juego oscuro con el servicio, a una exhibición de golpes en toda la pista de Carlos Alcaraz. Diríamos que fue entrando en calor el murciano, pero las elevadas temperaturas que marcaron la jornada en París obligaron en todo caso a enfriarse y ajustar los golpes. Es precisamente lo que hizo Alcaraz, cada vez más suelto en su jardín parisino. Cuando activa el modo rodillo es totalmente imparable. Después de los dos 6-1 que le endosó a Marozsan en el partido anterior, ahora era Dzumhur quien recibía el golpe de ese marcador en apenas 27 minutos. Exhibición en la red de Alcaraz, con 12 puntos ganados en esa zona de la pista en un primer set impecable en el que solamente cometió dos errores no forzados.

Más ajustada la segunda manga, pero sin demasiada historia. Alcaraz, soberbio con el servicio, esquivaba las pocas minas que colocaba Dzumhur en su camino con los restos. Lo intentaba el bosnio con toda su energía, corriendo de un lado a otro del fondo de la pista, empeñado en encontrar su oportunidad. Esta tampoco llegó en el segundo set, de la que volvió a salir escaldado. Se fue directo al baño el número 69 del mundo, para refrescar las ideas antes del tercer set. Carlos Alcaraz aprovechó ese tiempo para dar un poco de espectáculo a los miles de aficionados que llenaban las gradas de la Philippe-Chatrier. Juegos malabares antes del drama.

Noticia relacionada

Así hemos narrado la victoria en directo

Incansable Damir Dzumhur pese a la desventaja

A pesar de la distancia en el marcador, en ningún momento se desconectó Dzumhur. Insistente al resto, velocísimo en la reacción a la hora de cazar los zambombazos de Alcaraz. No pudo frenar un misil del murciano a 170km/h, pero siempre estaba atento Dzumhur para replicar desde el fondo de la pista. Tanto se exigió que su cuerpo le acabó lanzando un aviso. A mediados del tercer set, se detuvo el partido para que el bosnio recibiera tratamiento de fisioterapia, pero no se paró la fiesta en la Chatrier, con el público haciendo la ola. Se sumó a la fiesta Alcaraz desde la pista, partícipe del jolgorio colectivo en la noche ya casi cerrada en París.

Pero la diversión se tornaría en susto para el murciano. Regresó al partido como una moto Dzumhur, consiguiendo el tan ansiado botín de la rotura de servicio. Esta vez sería Alcaraz quien desperdiciaría las opciones de quebrar el saque de su rival, estirando el partido a la cuarta manga. Incómodo el de El Palmar con las condiciones de la pista, cada vez más rápida con el paso de los minutos. «Bota y desliza una barbaridad esto. Parece que estoy jugando en hierba», espetó Alcaraz a su equipo cuando ya se veía por debajo en el marcador en la cuarta manga. Pasó de la felicidad a la desesperación en cuestión de minutos, llegando incluso a patear una pelota que le habían cantado como mala.

Hasta nueve oportunidades de rotura desperdició Alcaraz entre el tercer y el cuarto set. A la décima llegó la vencida. Cuarto set equilibrado. Parecía muerto Dzumhur en el tercer set, pero de la atención médica regresó una versión descomunal del tenista bosnio. De dulce en todos los golpes, con un repertorio extenso dentro de su caja de herramientas. Serio contendiente, mostró una versión extraordinaria e inesperada que cerca estuvo de atrapar a Alcaraz. Salió vivo a tiempo el murciano de la noche parisina y se citará el domingo con Ben Shelton (6-3, 6-3 y 6-4) en los octavos de final de Roland Garros.