Broche de oro a las fiestas de Cieza con el desfile de moros y cristianos

Más de 1.000 festeros pusieron este domingo punto y final a las Fiestas del Escudo La Invasión que se celebraron en Cieza durante el pasado fin de semana organizadas por la Hermandad de San Bartolomé. Las quince kábilas y mesnadas protagonizaron en la tarde de este domingo el gran desfile de moros y cristianos, en el que, en calidad de invitados, desfilaron templarios pertenecientes a la Unidad Templaria de España. En esta edición, y como novedad, un espectáculo con un carro de presos separó los bandos cristiano y moro, mientras que el rey Abu-l-Hasan desfiló entre dos torres de estilo nazarí. Hubo también beatos, espectáculos musicales y escuadras con caballos. En el palco principal se sentó el alcalde, Tomás Rubio, la presidenta de la Undef, Pepa Prat, y su delegado de área en Murcia, Alfonso Gálvez.

El desfile partió de la iglesia de San Bartolomé y recorrió las calles Rincón de los Pinos, Larga, Buitragos, San Sebastián y Camino de Murcia, donde concluyó. Durante los tres últimos días, los acontecimientos se han ido sucediendo para conmemorar los hechos históricos acaecidos en Cieza en 1477, cuando la villa fue asediada durante la que se cree que fue una de las últimas incursiones que se produjo en la península durante la Reconquista. Aquel aciago día, que coincidió con un Domingo de Resurrección, los vecinos del pueblo se encontraban en la ermita del Santo asistiendo a misa. De poco sirvió que una muda, que, según la leyenda, pudo articular palabra, avisara con la mítica frase «moros vienen». La alerta sí sirvió para que, sobre las aguas del Segura, se disputara una sangrienta batalla que, a modo de simulacro, fue representada el pasado sábado por decenas de festeros, dando lugar al que constituye el momento álgido de las fiestas.

De forma paralela, las embajadas mora y cristiana han ido realizando durante estos tres días distintos actos y entregando reconocimientos a personas destacadas de la fiesta. Todo ha estado ambientado por un mercadillo medieval con vendedores de alimentos y tapas de diferentes puntos de España y artilugios de decoración elaborados a mano.

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