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La búsqueda de más zonas verdes y espacios de sombra ante unos veranos con temperaturas cada vez menos clementes es un clamor ciudadano. Son múltiples ... las ocasiones en las que los grupos políticos del Consistorio han llevado iniciativas en este sentido al pleno municipal, pero todavía se está lejos de ver un gran despliegue de recursos municipales. Con el objetivo de impulsar la creación de nuevos pulmones verdes para la ciudad, se constituyó en febrero de 2017, a iniciativa de MC, la Mesa para la Reforestación. Siete años después de aquello, está paralizada, según denuncian algunos de los colectivos que la integraban como Anse, ARBA y CreeCT. En concreto, desde diciembre de 2022, señala la segunda de estas entidades.
Las tres coinciden en que, con la destacable salvedad del proyecto Bosque Romano, las iniciativas de reforestación en el municipio están siendo escasas pese a lo galopante de la emergencia climática. Uno de ellos es el director de Anse, Pedro García. «Sería muy interesante que se volviera a convocar. Hay muchas experiencias que podrían poner en común, resultados, expectativas de futuro. El ambiente en las mesas era de trabajo en positivo, sin enfrentamientos que sirven de poco».
García asegura desconocer por qué este órgano participativo encadena tantos años sin convocar. «No sé si es por la propia carga de trabajo del Ayuntamiento, por falta de interés político o por ambas cosas», señala el director, que, fuera de la mesa, colabora con el Consistorio en el proyecto Spartaria y Bosque Romano, del cual subraya como gran logro la consecución excepcional de la desclasificación de 14 hectáreas de suelo urbano, entre ellos la Finca Medina.
Pedro García
Anse
El director de Anse cuenta que, durante la mesas celebradas, se detectó como uno de los impedimentos para emprender iniciativas de reforestación los conflictos de competencias con otras administraciones. «En Cartagena concurren terrenos del Ministerio de Defensa y parques naturales administrados por la Comunidad Autónoma. En esos espacios, sin ir más lejos, ha habido mortalidad de pinos por culpa de la conjunción de la sequía y la plaga de escarabajos barreneros».
El presidente de ARBA Cartagena, José Luis Sánchez, señala también que la mesa servía a su vez para coordinar la convocatoria de ayudas municipales a las entidades conservacionistas locales. «En la última mesa se anunció una nueva convocatoria de subvenciones con un incremento de las mismas, pero nunca se convocó». Una situación que, no obstante, asegura que no está impidiendo a ARBA, que ya ha impulsado acciones en Fajardo, La Muela, Cabo Tiñoso o Calblanque, seguir con su actividad: «Nosotros vivimos sobre todo de las donaciones de empresas. Del sector público apenas tenemos ingresos. Pero, claro, los recursos son siempre pocos».
Para Sánchez, el Ayuntamiento debería aprovechar este órgano para «poner terrenos a disposición de las asociaciones para que las reforestemos nosotros con dinero de empresas privadas a través de la responsabilidad social corporativa».
José Luis Sánchez
ARBA Cartagena
No obstante, para el portavoz de ARBA lo que más urge es «un cambio radical» en el modelo de jardinería del municipio. «Hay que pasar del concepto decimonónico de jardines al de islas de biodiversidad realizadas exclusivamente con especies autóctonas. Sobre todo en polígonos industriales, rotondas, arcenes de carreteras, taludes del tren o en las autovías, de forma que las infraestructuras humanas funcionen como corredores ecológicos entre espacios naturales».
Desde CreeCT, su responsable, Santiago del Álamo recuerda que en los orígenes de la mesa ya surgieron discrepancias en torno a la reforestación del cerro de los Moros y, concretamente, respecto al mantenimiento de las plantaciones. Desde entonces, asegura, «el Ayuntamiento debería estar plantando como loco. No habría asociaciones que reforestáramos si hubiera un Ayuntamiento competente».
Para Del Álamo la reactivación de la mesa debe servir para redactar un Plan Director que guíe al Ayuntamiento en la captación de fondos para repoblaciones y para exigir a las empresas contaminantes del entorno que mitiguen su huella de carbono.
Santiago del Álamo
CreeCT
Asimismo, el portavoz de CreeCT insta al Ayuntamiento, como «mayor tenedor de suelo público», a incrementar la masa arbórea de las calles y generar sombras que eviten el efecto isla de calor. «Esta ciudad está llena de aceras sin árboles». En este sentido, pidió reconsiderar la «decepcionante» política de gestión de zonas verdes. «Han llenado la avenida del Cantón de especies alóctonas y, al mismo tiempo, podado hasta cinco veces los cipreses monumentales de La Palma»
Este periódico preguntó al equipo de gobierno por la actividad de la Mesa para la Reforestación, pero no obtuvo respuesta.
Durante la primera reunión de constitución de la Mesa para la Reforestación en 2017, el equipo de gobierno del exalcalde José López marcó como primeros objetivos intervenir en el castillo de la Atalaya y el cerro de los Moros a propuesta de la asociación CreeCT. Desde entonces hasta hoy, si bien se han realizado algunas actuaciones pequeñas en la ladera del barrio de Los Mateos, la gran reforestación en los Moros sigue sin percibirse.
Harina de otro costal es el caso de la Atalaya. En el castillo a los pies del barrio de la Concepción, confluyen en el mismo monte propiedad privada, municipal y de Defensa. En manos del Ayuntamiento está el propio castillo y el camino de subida a la fortaleza. Allí, durante los primeros pasos de Anse, hace 35 años, la entidad dirigida por Pedro García impulsó una primera reforestación de 'Tetraclinis articulata' en la faldas más próximas al castillo. Aquella intervención fue un éxito y prueba de ello es que los árboles continúan allí desarrollándose y reproduciéndose.
Menos resultados ofreció la siguiente intervención, autorizada por el Ayuntamiento en 2021. Los colectivos ecologistas lamentan que, cuatro años después, la mayor parte de aquellos 3.800 acebuches, 1.640 pinos carrascos, sabina mora, higueras y algarrobos, y más de 1.000 cipreses de Cartagena aportados por la Dirección General del Medio Natural del Gobierno regional han fallecido y sus restos yacen desperdigados por el monte al igual que sus protectores de plástico.
«El fracaso de ese proyecto se ha debido a un conjunto de factores. Estamos hablando de un sitio complicado, con poco suelo, muy rocoso, en el que no hay agua y, además, es muy inaccesible. Además, los ataques de algunos jabalíes tampoco ayudaron», analiza García, que llama a las empresas a invertir más en actuaciones más útiles para generar biodiversidad como la eliminación de especies invasoras.
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