Macron aplaza el reconocimiento del Estado palestino

«Aunque debemos postergarla, esa conferencia tendrá lugar lo más pronto posible», aseguró Macron en una rueda de prensa por la tarde en el Palacio del Elíseo, convocada de manera extraordinaria tras los bombardeos israelíes contra centrales nucleares y bases militares iraníes. La ofensiva del Estado hebreo se ha cobrado como víctima diplomática la conferencia de la ONU, que debían presidir Francia y Arabia Saudí y que había suscitado una gran hostilidad por parte de Israel y Estados Unidos.

De hecho, el Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu había acusado a finales del mes pasado al dirigente galo de «llevar a cabo una cruzada» contra el Estado hebreo. Si Francia hubiera reconocido la existencia de Palestina como entidad estatal, se hubiera convertido en el primer país del G7 en hacerlo.

Pese a la tensión creciente en las últimas semanas entre París y Tel Aviv, el jefe del Estado galo ha justificado los numerosos bombardeos israelíes contra la república islámica. «No podemos vivir en un mundo en que Irán tenga el arma nuclear. (…) Israel tiene el derecho de vivir sin el riesgo de su aniquilamiento», dijo Macron, refiriéndose al programa nuclear de Irán. Tel Aviv y Washington acusan a la nación persa de querer dotarse de una bomba atómica, algo que Teherán niega.

«Irán está cerca de una etapa crítica que le permitirá conseguir armas nucleares», advirtió el presidente, refiriéndose a los datos comunicados recientemente por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Explicó, además, que Francia ayudará el Estado hebreo a defenderse ante eventuales ataques iraníes en respuesta a los bombardeos de este viernes. No obstante, negó que el Elíseo hubiera estado informado e implicado en la actual ofensiva y que vayan a participar en bombardeos en territorio iraní. Y anunció un refuerzo de los soldados que patrullan por las calles de París y de otras localidades francesas, en el marco de la operación Sentinela.

El aplazamiento del reconocimiento francés de Palestina se produce tras unas últimas semanas de dudas crecientes ante la posibilidad de que Macron diera el paso. Por un lado, el presidente había dicho en abril que «en los próximos meses vamos a hacerlo», y a finales de mayo insistió en que una decisión de ese tipo representaba «un deber moral» y «una exigencia política». Por el otro, la había condicionado a una «dinámica colectiva» y a una serie de factores de difícil cumplimiento. Pretendía que otros países occidentales (Canadá, Reino Unido…) y que naciones árabes o musulmanas (Arabia Saudí, Indonesia…) se comprometieran a normalizar sus relaciones con Tel Aviv.

En medio de la tensión por la guerra de Gaza, París no ha logrado avanzar de manera significativa en esos objetivos. El Elíseo se había felicitado a principios de esta semana de un logro poco extraordinario: una carta de la Autoridad Palestina en que prometía la organización de elecciones dentro de un año y afirmaba que «no tenía la intención de convertirse en un Estado militarizado».

El jueves aún permanecía el interrogante de si Mohamed Bin Salmán, príncipe heredero saudí, viajaría a Nueva York, puesto que lo había condicionado a un reconocimiento francés de Palestina. Finalmente, la ofensiva israelí de este viernes comportó que hayan aplazado la cumbre para más adelante, sin una nueva fecha en el horizonte. «Lo hemos hecho por motivos de pragmatismo y seguridad», declaró Macron, quien defendió que «la dinámica creada por esta conferencia resulta imparable».